El PNUMA, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, ha editado un informe donde desarrolla las recomendaciones y orientaciones para implantar en los sistemas educativos la enseñanza del consumo sostenible, para así, hacer frente a los retos de respetar la tierra y la vida en toda su diversidad, cuidar de la comunidad con comprensión y adoptar patrones de consumo y de producción que salvaguarden los derechos humanos, el bienestar comunitario, la capacidad de regeneración de la tierra y que aseguren que todas las actividades humanas fomentan un desarrollo humano sostenible y equitativo.
Naciones Unidas valora el consumo cuando contribuye definitivamente al desarrollo humano, cuando aumenta las capacidades y enriquece las vidas de las personas, sin afectar negativamente al bienestar de otros, ni a las generaciones futuras.
No obstante, dice, estas relaciones positivas se rompen con asiduidad, y cuando esto sucede los patrones y tendencias de consumo son contrarias al desarrollo humano.
La propuesta indica que, aunque tal vez no nos demos cuenta de sus consecuencias, las elecciones que hacemos todos los días como consumidores tienen un gran impacto. Nuestras elecciones de consumo definen mercados y patrones de consumo, tienen una gran influencia en nuestros recursos naturales, en nuestros ecosistemas y en la comunidad global – contribuyendo, por ejemplo, al cambio climático y al tratamiento de los derechos humanos. Elegir lo que se compra es votar en el mercado, es decir, apoyar o rechazar determinadas prácticas corporativas. Elegir lo que se compra también implica enviar un mensaje a aquellos que toman decisiones en ámbitos gubernamentales y empresariales.
La educación es uno de los instrumentos que mejor puede contribuir a que se hagan elecciones correctas y responsables que satisfagan nuestras necesidades y aspiraciones. Así, a través de la educación se puede conseguir reconciliar los conceptos de consumo, libertad y responsabilidad. La educación para el consumo sostenible es pues esencial para empoderar a individuos y grupos, proporcionando información apropiada sobre el impacto que tienen sus elecciones diarias como consumidores y soluciones y alternativas que funcionen.
El PNUMA reconoce que cada vez hay una mayor concienciación sobre el impacto que el ser humano ejerce en el medio ambiente, y de que se presta más atención a las consecuencias personales y globales derivadas de determinadas decisiones individuales y considera que ha llegado el momento de que el desarrollo y el consumo sostenibles sean elementos centrales de los sistemas educativos formales con el fin de aumentar la reflexión ética, el desarrollo curricular, la cooperación interdisciplinar, las metodologías activas de aprendizaje y cambios en comportamiento y actitudes.
La hoja de ruta que propone insta a los gobiernos a:
- Asegurar que las instituciones educativas contemplen en su gestión diaria las prioridades relativas al desarrollo sostenible.
- Incluir en el currículum establecido temas, contenidos, cursos y titulaciones sobre educación para el consumo sostenible.
- Promocionar la investigación en áreas relacionadas con la educación para el consumo sostenible.
- Fortalecer la relación entre investigadores, profesorado y representantes de distintos ámbitos socioeconómicos.
- Fomentar la cooperación entre profesionales de disciplinas distintas para desarrollar enfoques integrados de educación para el consumo sostenible.
- Facilitar una formación de maestros que fortalezca las perspectivas globales, constructivas y orientadas al futuro dentro de la educación para el consumo sostenible.
- Premiar el pensamiento creativo, crítico e innovador relacionado con la educación para el consumo sostenible.
- Asegurar que la educación para el consumo sostenible respeta la importancia del conocimiento autóctono y reconoce los estilos de vida alternativos.
- Fomentar el aprendizaje intergeneracional como un aspecto integrado de la educación para un consumo sostenible.
- Facilitar oportunidades para la aplicación práctica de investigaciones teóricas a través del servicio comunitario y la implicación social.
La educación para un consumo sostenible como patrón de nuevos estilos de vida ayudará a tomar una nueva conciencia global que provoque cambios de actitudes y comportamientos, no solo en los consumidores sino también, en la explotación de las materias primas, en la producción y el comercio para enderezar el rumbo actual y avanzar hacia un planeta sostenible.
En nuestra página web en el apartado publicaciones podrá descargar el documento “Aquí y Ahora, educación para un consumo sostenible” del PNUMA.